TIPOS DE CONFLICTOS

En primer lugar, los conflictos pueden clasificarse según la cantidad de personas que participan en:

• Conflictos intrapersonales: Suceden dentro de una persona. A menudo surgen debido a la disonancia entre los sentimientos, el pensamiento y el comportamiento.
  
  
  
  

  
  
  
  
• Conflictos interpersonales: Surgen entre dos o más personas, con prejuicios entre los participantes, que suelen estar unidos por lazos más fuertes, y muchas veces el origen de estos conflictos está relacionado con factores emocionales. 
  
  
  
  
  
• Conflictos de grupo: Se dan cuando el problema se origina entre grupos de personas por diversos motivos.
  
  
  

A su vez, los conflictos individuales o de grupo pueden clasificarse según sus características en:

• Conflictos ideológicos: Las diferencias de actitud a menudo son tan marcadas que cuando uno o ambos lados tienen o reclaman el poder, en algunos casos pueden convertirse en un conflicto armado.
  
  
• Conflictos religiosos: Diferentes ramas de un mismo culto o miembros de diferentes cultos que se oponen entre sí se enfrentan entre sí. La lucha es sobre la interpretación adecuada de las escrituras o la doctrina que uno elige aceptar. 
  
  
• Conflictos políticos: Se enfrentan grupos o divisiones que intentan ganar poder político, económico y territorial en el país. En algunos casos, los conflictos políticos desembocan en guerras civiles o conflictos armados entre países.
  
  
• Conflictos filosófico: Se enfrentan personas o grupos con diferentes interpretaciones de una disciplina, escuela o problema, y ​​muchas veces cada visión excluye a las demás. 
  
  
• Conflictos armados: Se enfrentan grupos que suelen ser militares o paramilitares que pretenden obtener el poder, territorio o recurso disputado a la fuerza.

Ejemplos más comunes:

1. Ausencia de trabajo en equipo: Se refleja cuando es casi imposible desarrollar un proyecto en conjunto porque uno o varios miembros del equipo no logran repartirse las funciones y trabajar en armonía.
   
   
   
   
   
2. Relaciones amorosas: Algunas empresas prefieren prohibir las relaciones sentimentales entre los colaboradores porque en algunos casos pueden generar conflictos internos que interfieren en la productividad de los implicados.
   
   
   
   
   
3. Exceso de competitividad: Ser competitivos no es malo, pero cuando todo en el trabajo se convierte en una carrera por el que “haga más” o “logre más”, puede generar rivalidades y envidias que dañan el ambiente.